1 de mayo de 2024

Reconocer y apoyar a un adulto mayor en riesgo de depresión, anteriormente: La Depresión y los adultos mayores

TELUS Health

Una persona calva, con barba, con gafas y una camisa vaquera, mirando pensativamente por una ventana.

Su madre no come bien y tiene problemas para dormir. Su padre está inusualmente irritable. Su tía o un amigo mayor parecen haber perdido interés por las reuniones y las actividades que solían compartir. Éstas pueden ser señales de que un ser querido está deprimido.

Los adultos que sufren una depresión no tratada se exponen a mayores riesgos de padecer varias enfermedades relacionadas con la edad, como la obesidad, la diabetes y las cardiopatías. No obstante, a menudo posponen la búsqueda de tratamiento porque ellos o sus seres queridos no reconocen los signos o no saben dónde encontrar ayuda. Estos son algunos datos importantes que usted debe conocer y las medidas que debe tomar si cree que un ser querido pudiera estar deprimido.

Síntomas de depresión en los adultos mayores

Los síntomas de depresión en los adultos mayores pueden parecerse a los que ocurren en la población general, pero diagnosticarlos puede implicar problemas particulares. En muchas personas de más de 65 años, la tristeza no es la primera manifestación o la más evidente de que algo va mal. Los adultos mayores pueden presentar una constelación de síntomas menos importantes o no comprender el valor de exponer sus sentimientos, por lo que sus médicos pueden pasar por alto ciertos síntomas importantes que podrían revelar depresión.

Además, la depresión puede ser consecuencia de enfermedades frecuentes en personas mayores, tales como el cáncer, la artritis, las enfermedades del Alzheimer, Parkinson o cardiopatías. En esos casos, los médicos suelen centrarse en tratar la enfermedad y pasar por alto la depresión que ha desencadenado.

El National Institute on Aging cita, entre otros, algunos de los síntomas más comunes de la depresión en las personas mayores:

  • humor triste, ansioso o sensación de "vacío" durante dos semanas o más;
  • sentimientos de culpa, desesperanza, inutilidad o impotencia;
  • irritabilidad, inquietud o dificultad para permanecer sentado;
  • pérdida de interés por las actividades que la persona solía disfrutar;
  • fatiga o baja de energía;
  • lentitud para hablar o moverse;
  • dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones;
  • problemas de sueño, como quedarse dormido o despertarse demasiado pronto;
  • comer más o menos de lo habitual;
  • aumento o pérdida de peso de manera involuntaria;
  • pensamientos de muerte o suicidio o intentos de suicidio.

Otros síntomas que suelen manifestarse:

  • cefaleas, dolores varios o problemas digestivos cuya causa médica los médicos no encuentran;
  • llanto frecuente;
  • aumento del consumo de alcohol u otras drogas;
  • desaliño en el cuidado personal.

¿Por qué la depresión en los adultos mayores se suele pasar por alto?

Sentirse deprimido puede mermar mucho la calidad de vida de una persona mayor. Las afecciones de salud mental en las personas mayores suelen estar infravaloradas e infratratadas, y la estigmatización que rodea a dichas afecciones puede hacer que las personas sean reacias a buscar ayuda.”, afirma la Organización Mundial de la Salud. Entre las razones más comunes por las que la depresión no se trata se encuentran:

La creencia errónea de que la depresión es “normal” en la edad avanzada. La depresión es frecuente en personas mayores de 65 años, pero nunca es normal.

El aislamiento. Los signos de depresión pueden pasar desapercibidos cuando las personas mayores viven solas o tienen pocos amigos en una nueva comunidad o centro asistencial.

Considerar la depresión como muestra de “debilidad”. Algunos adultos mayores pueden creer que deben “aguantar” situaciones dolorosas o “mantener la calma y perseverar”. En tales casos, puede resultarles difícil admitir que están experimentando sentimientos dolorosos. Otros pueden no querer ser una molestia para sus familiares. O pueden temer que, si piden ayuda, sus familiares se preocupen o piensen que necesitan ingresar en un centro de cuidados de larga duración.

Problemas de salud conexos que pueden ocultar una depresión. Los síntomas de la depresión pueden parecerse a los de otras enfermedades. Por ejemplo, “la demencia puede causar algunos síntomas semejantes a los de la depresión”, afirma el National Institute on Aging. En tales casos, es posible que los adultos mayores o sus médicos no reconozcan al principio los distintos factores que contribuyen al problema. La depresión también puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos que suelen recetarse a las personas mayores, como lo son algunos fármacos para reducir la presión arterial y el colesterol. Cuantos más medicamentos tome una persona mayor, más difícil será identificar las causas profundas de un problema.

Cómo encontrar ayuda y apoyo

A cualquier edad, la depresión se puede tratar con terapia, apoyo afectivo, medicación o una combinación de todo ello. Usted puede ayudar a sus amigos o familiares de edad avanzada que sufren depresión adoptando las medidas siguientes:

Hable y escuche. Hable con la persona mayor sobre lo que ha notado, con delicadeza y sin emitir juicios. Recuerde que esta persona tiene toda una vida de conocimientos sobre lo que antes le ha ayudado y lo que ahora le preocupa. En la medida de lo posible, inclúyala a la hora de informarse y buscar ayuda de forma activa; esta es una etapa de la vida en la que muchas personas se sienten menos valoradas, menos comprendidas y ven cómo van perdiendo autonomía. Escuche atentamente sus preocupaciones y ofrézcale toda información pertinente que pueda ayudarle.

Hágase un chequeo médico que incluya la detección de la depresión. Un médico de atención primaria puede detectar la depresión durante un chequeo y recomendar un terapeuta u otro especialista de ser necesario.

Considere la posibilidad de hablar con un geriatra. Anime a su amigo o familiar a consultar a un geriatra, un médico especializado en el tratamiento de personas mayores. Un médico con poca experiencia en los problemas de salud mental de los pacientes mayores puede pasar por alto signos clave de depresión o confundirlos con otros problemas de salud.

Fomente el autocuidado. Haga lo que esté de su parte para mantener los buenos hábitos de salud que pueden aliviar ciertos síntomas. Ofrézcase a buscar un programa de entrega de comidas a domicilio para una persona de edad que no se alimenta bien, o a pasear con alguien que parece aislado. En algunos casos, el ejercicio regular puede aliviar la depresión tanto como los antidepresivos, según sugieren las investigaciones.

Obtenga ayuda de inmediato en caso de palabras o pensamientos suicidas. Llame a un médico o al 911, o acuda al servicio de urgencias de un hospital, si una persona de edad puede correr el riesgo de autolesionarse. También puede dirigirse al 988 Suicide & Crisis Lifeline llamando o enviando un mensaje de texto al 988 para obtener ayuda 24/7.

Explore los recursos comunitarios. La mayoría de las comunidades disponen de una serie de recursos que pueden ayudar a las personas deprimidas. Los sitios de culto pueden ofrecer consejos gratuitos por parte de miembros del clero que han recibido una formación especial en ese campo. Los hospitales, las clínicas y los centros comunitarios o de crisis pueden ofrecer otros recursos de tratamiento u oportunidades recreativas y sociales para las personas mayores. En fin, los amigos o vecinos de un adulto mayor pueden llamarlo o visitarlo más a menudo si la persona no tiene ganas de salir tanto como de costumbre.

La depresión puede asustar mucho a las personas mayores y a sus familiares. Pero con un tratamiento adecuado y oportuno, la mayoría de las personas pueden sentirse mejor y seguir llevando una vida gratificante a cualquier edad.

Necesita ayuda?

Si usted o un ser querido necesita apoyo, comuníquese con un asesor o con el programa de asistencia de su organización.

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