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Cinco maneras de simplificar su vida

  • Sea consciente de las decisiones que toma
  • Simplifique su horario
  • Simplifique su vida familiar
  • Modere el ritmo y permanezca presente
  • Ofrézcase momentos de quietud

"Todos anhelamos una vida más sencilla en la que podamos sentirnos más presentes", afirma Mary Pipher, psicóloga clínica y autora de libros que han conocido grandes éxitos. En este artículo, comparte sus consejos sobre cómo moderar el ritmo de vida, relajarse y lograr una mayor satisfacción y tranquilidad existenciales.

Sea consciente de las decisiones que toma

Simplificar nuestras vidas y mantener una sensación de equilibrio y sosiego es todo un reto, afirma la Dra. Pipher. Pero es posible lograrlo. Veamos cómo:

Sea intencionado. Establezca prioridades y tenga presentes sus objetivos fundamentales al tomar decisiones sobre cómo empleará su tiempo, conseguirá sus metas y gestionará sus expectativas. ¿Qué es esencial para usted? ¿Dedicar tiempo a sus amigos, familia y seres queridos? ¿Tener tiempo para sí? ¿Pasar tiempo al aire libre y en la naturaleza? Si tenemos en cuenta nuestros objetivos fundamentales, es muy probable que consegamos la sencillez, afirma la Dra. Pipher.

Redefina lo que la abundancia significa para usted. ¿Qué hace que su vida sea verdaderamente enriquecedora? ¿Cómo definiría usted la existencia más plena de todas las vidas imaginables? Para usted, la abundancia podría ser la cantidad de veces por semana que consigue sentarse en familia y compartir la mesa. Podría ser el número de veces que puede reunirse con amigos entrañables. La Dra. Pipher sugiere que cuando usted piense en su propia definición de abundancia, tenga esto como objetivo: "Más plenitud y menos posesiones".

Simplifique su horario

En términos de tiempo, la Dra. Pipher distingue entre minutos y momentos. Los minutos son el lapso de tiempo que transcurre cuando andamos apresurados en nuestras ajetreadas vidas trabajando, realizando múltiples tareas y haciendo cosas. "Los momentos son los instantes en que estamos plenamente presentes y no tenemos conciencia alguna del curso del tiempo", afirma la Dra. Pipher. "Una manera de definir la abundancia es la cantidad de momentos que disfrutamos en nuestra vida".

A fin de llevar una vida más sencilla, es necesario que simplifique su horario, es decir, que reduzca las actividades y las multitareas para poder dedicar más tiempo a los momentos. He aquí algunas sugerencias:

Bloquee tiempo en su agenda para simplemente no hacer nada. Apunte una mañana o un día en su calendario, dentro de un plazo no muy lejano, para tomarse tiempo libre y no hacer nada. No haga planes. Cuando se levante ese día pregúntese: "¿Qué es lo que realmente me gustaría hacer hoy?". Se trata de una pregunta a la que es más difícil responder de lo que podría pensarse, dice la Dra. Pipher, porque todos tenemos demasiadas cosas que suponemos que deberíamos estar haciendo. Preguntarse "¿Qué me gustaría hacer hoy?" le obliga a profundizar y a pensar qué es lo que realmente necesita para sentirse feliz. Contéstese y aproveche ese tiempo para hacer lo que realmente le apetezca.

Establezca límites para preservar su tiempo. Si añade una actividad a su vida, elimine una actividad que le ocupe una cantidad de tiempo equivalente. Por ejemplo, si se compromete a salir a caminar dos mañanas por semana con un amigo, suprima una actividad que le ocupe esa misma cantidad de tiempo. Si su objetivo es lograr una vida más sencilla, es imposible que continúe añadiendo actividades a su agenda.

Dedique tiempo a disfrutar de pequeños y sencillos momentos placenteros. Ver caer la lluvia, jugar con un gato o simplemente sentarse a tomar una buena taza de té con alguien a quien quiere: todas estas cosas son sumamente tranquilizadoras y reconfortantes.

Simplifique su vida familiar

Constantemente estamos recibiendo información a través de numerosos canales, dice la Dra. Pipher, y eso altera las relaciones familiares. En nuestro mundo tecnológico, apresurado y multitarea, ya nada es sencillo. Las fiestas familiares son ahora más complicadas. Ir de vacaciones es más enrevesado. Hasta un simple paseo alrededor de un lago es más pesado (todos solemos llevar nuestros smartphones, tanto los niños como nosotros, y todo mundo camina enchufado a auriculares con música).

Estas son algunas maneras de simplificar y hacer menos complicada su vida familiar:

Desenchúfese y pase un fin de semana viviendo como lo hacía la gente de antaño. Apague todos sus aparatos: nada de televisión, ordenadores o teléfonos. Lea libros. Juegue a las cartas y a algún juego de mesa. Siéntese y charle. Cocine. De paseos. No es necesario irse a una cabaña en el bosque para crear un fin de semana a la antigua usanza (¡aunque estaría bien!). Con solo apagar la tecnología y vivir en el presente durante un fin de semana, puede crear este tipo de momentos de tranquilidad.

Reserve tiempo para estar con sus seres queridos. Coman juntos sin que nadie coja el teléfono o vea la televisión. Aproveche el tiempo que ha reservado para estar con su pareja.

Dedique tiempo a cosas sencillas. Diversas investigaciones revelan que lo que los adultos recuerdan de su infancia con mayor felicidad son las vacaciones, los ratos al aire libre y las comidas en familia. No tienen por qué ser elaboradas, pero considere la posibilidad de convertir esas tres cosas como prioridades en su familia.

Cree un "espacio de reposo" en casa. Destine una habitación, un rincón o una silla determinados donde los padres y los hijos puedan ir cuando se sientan estresados o alterados o cuando necesiten calmarse y deseen que se les deje solos. Cuando alguien acude al espacio de reposo, indica a los demás miembros de la familia que le dejen en paz para que pueda encontrar calma.

Enseñe a su hijo a entender y adquirir el sentido de gratitud.  Encuentre alguna buena ocasión para preguntar: " ¿De qué te sientes agradecido hoy?" Pregunte a los niños qué cosas agradecen tras una visita a sus abuelos o una ida a la playa. También puede proponer a sus hijos que tengan un diario de gratitud en el que apunten las cosas que agradecen. Y, claro, ponga un buen ejemplo dejando que le vean llevar uno usted mismo.

Modere el ritmo y permanezca presente

Con sólo bajar el ritmo, es posible instrumentar momentos significativos y estar presente durante ellos. Cuando las familias bajan el ritmo, apagan sus dispositivos y conversan, ocurren cosas maravillosas. Los niños se tranquilizan, se sienten más en paz, y las familias disfrutan de más buenos momentos. Practique la moderación. He aquí cómo hacerlo:

Deje de hacer lo que esté haciendo. Corte el ajetreo. Quédese quieto durante un minuto.

Tómese el tiempo de mirar a su alrededor y fijarse en lo que le rodea. Busque algo hermoso en lo que pueda centrarse de momento.

Respire. Sea consciente de su cuerpo.

Dé gracias. Busque algo por lo que pueda sentirse agradecido en ese momento.

Ofrézcase momentos de quietud

Es más importante que nunca en estos tiempos de bullicio y ajetreo que nos concedamos el don de pasar momentos de quietud.

Comience el día con momentos de quietud. Por las mañanas, cuando se despierte, antes de saltar de la cama, concédase un minuto para sentir el milagro de su propia vida. Sienta los latidos de su corazón, su pulso, la energía que recorre su cuerpo.

Permítase el lujo de disfrutar de momentos de quietud meditando o haciendo yoga o ejercicios de plena conciencia.

Vaya a museos y experimente las artes.

Procure estar en contacto con animales y el mundo de la naturaleza.

Aprecie el silencio. Enseñe a sus hijos que el silencio no es un castigo, sino un don que aporta importantes beneficios duraderos.

Este artículo se basa en una entrevista con Mary Pipher, psicóloga clínica y autora de varios libros que han conocido grandes éxitos, entre ellos "Women Rowing North" y "Reviving Ophelia". Su libro, "Seeking Peace", describe su búsqueda personal en pos de la sencillez aplicada a su propia vida.