Descubrir que se padece una afección neurodiversa en la adultez
En años recientes, la comprensión y la concienciación sobre las afecciones neurodivergentes como el trastorno por déficit de atención (TDAH), el autismo y las dificultades de aprendizaje en personas adultas se ha incrementado. Con la información y los recursos a nuestra disposición 24/7, ahora podemos, con solo pulsar un botón, investigar los síntomas, experiencias y comportamientos con los que podemos estar luchando. Los medios sociales pueden ser útiles para concienciar sobre estas afecciones que muchas personas pueden haber pasado por alto en la infancia.
El hecho de descubrir en la adultez que probablemente padece una afección neurodivergente como el TDAH, el autismo o la dislexia puede ser motivo tanto de alivio como de preocupación. Por un lado, entenderá al fin por qué realizar determinadas tareas le ha supuesto tantas dificultades todos estos años, pero al mismo tiempo puede temer que ello dé lugar a que le traten de manera diferente en lo sucesivo.
A continuación se presentan algunas afecciones diagnosticables en la adultez y los síntomas a los que se debe prestar atención.
Trastornos del espectro autista (TEA)
El autismo, denominado también trastorno del espectro autista, es un término que constituye un grupo de afecciones que se encuentran, como el síndrome de Asperger, en un solo diagnóstico.
La revista ADDitudemag explica que, si bien el autismo grave suele detectarse en la primera infancia, pueden transcurrir años antes de que se diagnostique el autismo de alto funcionamiento en la adultez. Las personas que presentan autismo tienen dificultades sociales y de comunicación. En la edad adulta, estas personas también pueden experimentar situaciones como las descritas a continuación, ya sea en el trabajo o en su vida personal:
- tienen dificultad para comprender lo que otras personas piensan o sienten;
- se les dificulta interpretar las actitudes sociales o las expresiones faciales cuando están conversando;
- se les dificulta regular las emociones y/o expresarlas;
- suelen salirse por la tangente durante las conversaciones;
- hablan en monólogos;
- tienen conductas repetitivas o rutinarias;
- encuentran que en la vida ciertas actividades están restringidas; no les gusta salir de su rutina o probar algo nuevo;
- toman las cosas al pie de la letra o ciertas frases les confunden, como "llueve a cántaros", "rómpete una pierna" o "se te va el avión";
- les gusta que todo esté en su sitio, ya sea en casa o en su mesa de trabajo;
- les cuesta mantener el contacto visual.
Si usted cree que podría estar padeciendo un trastorno del espectro autista (TEA) y esto le está afectando en su desempeño, comuníquese con alguien de su organización en quien confíe, como su superior o un representante de recursos humanos para que le oriente.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
El TDAH es un trastorno asociado con un patrón continuo de falta de concentración o atención, de hiperactividad o de impulsividad. Si usted cree padecer TDAH en la adultez, lo más probable es que de niño ya tuviera todos los síntomas, pero eran leves o pasaban desapercibidos.
En algunas personas, al llegar a la edad adulta la hiperactividad puede haber disminuido, pero quizás persistan otros síntomas. El TDAH puede interferir en el trabajo, las relaciones y la vida familiar. Si sospecha que puede padecer TDAH, sepa que vale la pena recibir ayuda para tratarlo. Comuníquese con su profesional sanitario hoy mismo.
Los indicios y síntomas del TDAH en la adultez incluyen:
- impulsividad y propensión a correr riesgos;
- dificultad para planificar;
- desorganización, incluso cuando se intenta resolverla;
- aplazamiento de trabajos o tareas;
- dificultad para terminar las tareas que ha emprendido;
- falta de concentración;
- tendencia a olvidar y perder cosas;
- dificultad para gestionar el tiempo de forma eficiente o eficaz;
- tendencia a caer presa de inquietud o intranquilidad;
- tendencia a interrumpir a las personas mientras hablan y consciencia de que habla de manera excesiva;
- dificultad para controlar sus emociones;
- de mecha corta, estalla por pequeñeces.
Por los motivos expuestos, el TDAH supone dificultades en el entorno laboral o en centros educativos. De ser su caso, es importante que hable con alguien de su lugar de trabajo o escuela sobre la posibilidad de que se realicen adaptaciones o ajustes para usted. Las leyes en materia de discapacidad dan derecho a determinados ajustes. Entre estos, cuentan los siguientes:
- disponer de modalidades de trabajo flexibles con el fin de tomar descansos cuando sea necesario;
- tiempo adicional para terminar trabajos;
- un espacio de escritorio tranquilo a fin de realizar su trabajo, para los oficinistas;
- tiempo adicional a fin de terminar un examen, para los estudiantes.
Para efectos de otorgar estos ajustes ocupacionales, se requiere presentar un diagnóstico formal. Por consiguiente, es importante que hable con su profesional sanitario a fin de obtener más información al respecto. Para obtener información de orden general, le invitamos a consultar el sitio web de CHADD (Children and Adults with Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder).
Dislexia, discalculia y dispraxia
Dislexia. Se trata de una dificultad de aprendizaje que causa problemas con la ortografía, la lectura y la escritura. La dislexia puede afectarle en su día a día y es posible que tenga problemas en el trabajo o en la escuela. Entre los síntomas más comunes de la dislexia se incluyen:
- lentitud para leer y escribir;
- dificultad para reconocer palabras o ver las letras al revés;
- dificultad para planificar u organizarse;
- dificultad para asimilar información escrita o instrucciones.
Es comprensible que esto pueda causarle dificultades en el trabajo, ya que puede tardar más tiempo en procesar y actuar según las instrucciones que le den. Hay ayuda disponible, así que hable con su superior o con un representante de recursos humanos, o consulte la página web en inglés International Dyslexia Association para obtener más apoyo y recursos.
Discalculia. Si nombrar y distinguir los números, incluidos la hora, calcular el cambio o hacer y atenerse a un presupuesto financiero cada mes presentan una mayor dificultad, probablemente esté experimentando discalculia en la adultez. Es posible que de niño tuviera dificultades con las matemáticas, pero se las arreglara, y que de adulto no necesitara realmente utilizar las matemáticas o confiara en su ordenador o calculadoras como ayuda. Probablemente aceptó un trabajo que no tiene que ver con números o estadísticas; sin embargo, quizá tenga dificultades en el día a día. He aquí algunos indicios y síntomas comunes:
- dificultad con las actividades cotidianas que implican números, por ejemplo, estimar cuánto tiempo le llevará realizar una tarea, presupuestar su dinero o calcular una distancia;
- no pasar de la suma y esforzarse por resolver cálculos matemáticos más complejos, por ejemplo, en una compra, deducir el monto que representa un 20% de descuento;
- escaso sentido de los números y de la estimación, por ejemplo, cuando está en la caja registradora de algún comercio;
- dificultad para comprender conceptos matemáticos de base;
- no tener ni idea de si alguno de sus cálculos es correcto o no;
- lentitud para calcular;
- dificultad o incapacidad de hacer cálculos mentales;
- altos niveles de ansiedad con los números;
- dificultad o incapacidad para elaborar un presupuesto mensual o para cuadrar sus gastos.
A menudo ocurre que las personas a quienes se les dificultan los números también presentan síntomas de dislexia, y viceversa. Si desea indagar qué recursos puede ofrecerle su empresa, hable con su superior o con un representante de recursos humanos.
Descubrir que tiene autismo, TDAH o una dificultad de aprendizaje en la adultez puede ser todo un reto. Sin embargo, también conlleva aspectos positivos. Puede ser un alivio para usted darse cuenta de por qué ha estado luchando todos estos años, y ahora puede tomar medidas para apoyarse como adulto y obtener la ayuda que se merece y que quizá no estaba disponible o no se le ofreció cuando era niño. Visite la página web en inglés Dyscalculia.org para encontrar recursos útiles.