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La tristeza en primer plano

No hay nada de malo con sentirse triste. De hecho, todo el mundo se siente triste de vez en cuando. Es una emoción humana normal en respuesta a experiencias difíciles, decepcionantes o angustiosas. La tristeza no sólo le hace sentirse desgraciado, irritable y lloroso, igualmente provoca síntomas físicos, tales como dolores de estómago, cefaleas e insomnio.

Si bien a nadie le gusta estar triste, la tristeza es un elemento importante de la experiencia humana.

La importancia de la tristeza

Todas nuestras emociones, incluidas la felicidad, la alegría, el miedo y la ira, guían nuestros pensamientos y acciones y dan sentido a nuestras vidas. La tristeza es importante en particular porque contribuye a desarrollar la resiliencia emocional, es decir, la capacidad de aprender de nuestros errores, cambiar de conducta y superar la adversidad. Cuando estamos tristes, solemos analizar las causas de nuestra tristeza, lo que hacemos mal y los medios con que contamos para que la situación cambie.

Cada uno vive su vida de manera diferente. La educación, la cultura y las experiencias de vida influyen en cómo reaccionamos ante las situaciones, pero algunos de nosotros simplemente estamos programados genéticamente para ser más sensibles, por ejemplo, hay quienes lloran y ríen con facilidad y sienten una gran empatía por los demás. Aunque no podemos alterar nuestro ADN ni nuestro pasado, ni evitar que se produzcan acontecimientos estresantes o perturbadores, podemos encontrar medios para afrontar mejor la tristeza.

Afrontar la tristeza

Por desgracia, muchas personas intentan acallar las emociones negativas consumiendo alcohol, drogas legales o ilegales (incluida la nicotina) u otras conductas malsanas. Sin embargo, es más productivo reconocer sus sentimientos y darse tiempo para afrontar los problemas. La próxima vez que se sienta triste, pruebe algunos de los consejos a continuación:

No se apiada de usted mismo. Más bien acuérdese de que la tristeza es una emoción legítima que forma parte de la vida.

Hable con personas en las que confíe. Pueden ayudarle a enfocar la situación desde otro ángulo, darle consejos y animarle en momentos difíciles.

Mantenga una higiene de vida saludable. Cuando nos sentimos tristes, podemos comer en exceso o ceder a comer alimentos “reconfortantes” azucarados, ricos en grasas o muy procesados. Manténgase centrado en una alimentación sana, permanezca activo, duerma lo suficiente y limite su consumo de alcohol y cafeína.

Ayude a los demás. Apoyar y cuidar de los demás le hará sentirse mejor en la vida.

Ríase. El mejor remedio para combatir la tristeza es la felicidad. Haga cosas que le produzcan alegría: reúnase con su familia y amigos, vea su deporte favorito, toque un instrumento, lleve a los niños al parque o vaya a ver una película divertida.

Aborde un problema a la vez. Poco importa si empieza por el problema más grande o el más pequeño, simplemente haga una lista y empiece.

Por último, recuerde que la tristeza pasa y que pronto se sentirá mejor.

La diferencia entre tristeza y depresión

La tristeza es muy diferente de la depresión. La tristeza es un sentimiento temporal sobre algo. La depresión es una infelicidad intensa y duradera por todo. A diferencia de la tristeza, la depresión es una enfermedad mental que puede aparecer sin motivo ni aviso y que a menudo empeora sin tratamiento.

La depresión se manifiesta por:

  • Una tristeza intensa que dura todo el día, todos los días, durante más de dos semanas.
  • La pérdida de interés o placer en sus actividades favoritas.
  • Sentimientos de desvalorización.
  • Sentimientos de culpa excesivos o inapropiados.
  • Problemas para concentrarse y tomar decisiones.
  • Sentimientos de estar agitado o ralentizado.
  • Pensamientos relacionados con la muerte o el suicidio.

La vida está llena de altibajos, de lo mejor y lo peor. Sin tristeza no apreciaríamos los momentos felices, no querríamos cambiar conductas o situaciones negativas, ni nos esforzaríamos para mejorar nuestras vidas. Sin embargo, si su tristeza no pasa y se siente abrumado, hable con su médico de cabecera o hágase asesorar a través del programa de asistencia de su organización.