TELUS Health logo Heartbeat logo

Los efectos de la positividad en la salud del cerebro

La relación entre nuestros pensamientos y la química cerebral depende de múltiples factores, ya que cada pensamiento libera sustancias químicas en el cerebro. Estas sustancias neuroquímicas pueden influir en los síntomas físicos del organismo. Los pensamientos afligidos, coléricos y faltos de esperanza hacen que el cerebro libere sustancias químicas que afectan negativamente el funcionamiento y sensaciones de nuestro cuerpo. De manera inversa, los pensamientos impregnados de alegría, optimistas y positivos permiten que el cerebro libere un conjunto de sustancias químicas muy diferente que tienen un efecto calmante y saludable en el organismo.

Descubra los efectos del pensamiento positivo y negativo, y considere la posibilidad de aplicar las estrategias prácticas aquí propuestas para romper los esquemas de pensamientos negativos y practicar la positividad.

La positividad en acción

Cuando practicamos la positividad, el pensamiento positivo, no sólo nos disponemos a ser más felices y resilientes, sino que también damos lugar a la formación de nuevas conexiones en el cerebro. El estudio de la neuroplasticidad revela que la manera en que pensamos y nos conducimos puede reorganizar la estructura del cerebro y que cada pensamiento positivo puede reforzar las nuevas vías neuronales que acabarán convirtiéndose en respuestas automáticas a la experiencia.

Neuroplasticidad

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para cambiar, reorganizar o formar redes neuronales. Todos los días modificamos nuestro cerebro sin darnos cuenta. Cada hábito y cada competencia que adquirimos hace que nuestro cerebro refuerce ciertas conexiones y atenúe otras. Nuestro entorno, hábitos, emociones, comportamientos y pensamientos influyen en nuestro cerebro.

La neuroplasticidad hace al cerebro resiliente porque nuestro cerebro aprende, se adapta y crece en función de nuestras acciones y experiencias. La neuroplasticidad del cerebro es lo que hace posible toda forma de aprendizaje permanente, por ejemplo, cuando aprendemos a tocar un instrumento musical o a hablar una lengua extranjera. La neuroplasticidad se produce a lo largo de la vida y también es la forma en que superamos y eventualmente nos recuperamos de problemas médicos, como derrames cerebrales u otras lesiones del cerebro, la depresión y muchas otras enfermedades.

Los efectos del pensamiento negativo y de la inquietud en el cerebro

Los seres humanos, por naturaleza, nos fijamos en lo que es negativo: estamos programados de esta manera para protegernos de amenazas. De hecho, cuando nos enfrentamos a la negatividad o a una amenaza potencial, nuestro cerebro se activa con más intensidad que cuando una situación positiva o buena de igual intensidad se presenta.

Es interesante notar que el simple hecho de pensar en la negatividad estimula las mismas partes del cerebro que se excitan cuando enfrentamos situaciones de amenaza real a nuestra seguridad o bienestar. Si un un pensamiento o una situación negativo puede anclarse en el cerebro en una fracción de segundo, se necesitan diez o más segundos de concentración en un pensamiento positivo para que nuestro cerebro traduzca esa positividad de nuestra memoria activa a la memoria a corto plazo y, finalmente, a la memoria a largo plazo.

La persistencia de monólogos negativos puede dar lugar a perspectivas pesimistas y acaba por distorsionar las percepciones de la realidad. De igual manera, el pensamiento negativo y la preocupación se acompañan de síntomas físicos, emocionales y conductuales tales como los expuestos a continuación.

Síntomas físicos

  • Tensión y dolor musculares
  • Cefaleas
  • Problemas digestivos
  • Dolores torácicos
  • Disminución de la libido o del deseo sexual
  • Problemas de sueño
  • Fatiga

Síntomas emocionales

  • Ansiedad
  • Cambios de humor
  • Inquietud
  • Irritabilidad e ira
  • Depresión o tristeza
  • Falta de concentración o motivación

Síntomas conductuales

  • Cambios en el apetito (comer en exceso o de manera insuficiente)
  • Consumo abusivo de alcohol y/o drogas
  • Retraimiento social
  • Arrebatos de ira
  • Consumo de tabaco/nicotina

Si bien es necesario que nuestro cerebro nos informe cuando estamos en peligro o hay una amenaza, debemos tener cuidado de no dejar que los pensamientos negativos se apoderen de nuestra vida. Cuanto más nuestros esquemas de pensamiento tienden a la negatividad, más fácil resulta volver a estos esquemas de pensamiento negativo automáticos. De hecho, la rumiación (dar vueltas constantemente a una situación en la mente y centrarse en sus aspectos negativos) puede dañar las estructuras y conexiones cerebrales que regulan las emociones, la memoria y los sentimientos. A medida que nos centramos más en los aspectos negativos se va haciendo más difícil crear recuerdos positivos.

Los efectos benéficos del pensamiento positivo

El pensamiento positivo no sólo es un medio eficaz de reducir las reacciones negativas automáticas, sino que también mejora de manera considerable la salud física y emocional. Los pensamientos positivos y los sentimientos felices disminuyen la hormona del estrés, el cortisol, y el cerebro produce serotonina, creando así una sensación de bienestar.

Los efectos benéficos del pensamiento positivo en la salud física pueden ayudarle a:

  • estimular el sistema inmunológico;
  • mejorar la salud del corazón;
  • mejorar la digestión:
  • mejorar la calidad del sueño;
  • reducir o prevenir la hipertensión;
  • reducir los niveles de estrés;
  • incrementar la resiliencia.

Al aumentar su pensamiento positivo, se sentirá en mejor estado general de salud, y esto le dará los medios y la motivación para mejorar sus hábitos de salud.

Los efectos benéficos del pensamiento positivo en la salud emocional pueden ayudarle a:

  • manejar los problemas con mayor eficacia;
  • disfrutar más de la vida;
  • desarrollar hábitos positivos;
  • reforzar su autoestima;
  • forjar relaciones sanas y positivas con más facilidad (es más fácil ver lo que hay de bueno en los demás cuando se mira el mundo a través de una lente positiva).

Cómo cambiar los pensamientos negativos y pensar de manera más positiva

Los siguientes consejos no sustituyen necesariamente un tratamiento profesional para aquellas personas que combaten la depresión, pero pueden ser eficaces cuando se combinan con una alimentación saludable, ejercicio, terapia y/o medicamentos para ayudarles a sentirse mejor. Los pequeños cambios pueden revelarse muy útiles. Elija un aspecto en que concentrarse y vea cómo se siente. Incorpore otras ideas poco a poco y de forma realista en función de su situación.

Cuídese. Se trata de adoptar hábitos sanos para el cerebro, tales como hacer ejercicio, llevar una alimentación saludable, dar prioridad al sueño y combatir todo pensamiento negativo. El cuidarse también significa ser bondadoso consigo mismo.

Salga al aire libre. El contacto con la naturaleza incrementa la sensación de calma, alegría y positividad. Reduce los niveles de estrés y atenúa los sentimientos de depresión y ansiedad. Incluso diez minutos al día pueden tener un efecto positivo en su jornada.

Practique una actividad que ocupe por completo la mente, como hacer un crucigrama o un rompecabezas. Esto puede ser útil para salir de los esquemas de pensamiento ruminativo.

Practique la plena conciencia o la meditación. Centrarse en el aquí y ahora y estar presente es eficaz para modificar los esquemas de pensamiento negativos y la actividad cerebral. Meditar con regularidad puede ayudar a transformar los esquemas de pensamiento negativos, ayudar al cerebro a concentrarse e incluso ralentizar la pérdida de células cerebrales.

Practique yoga. Al igual que la meditación, el yoga ayuda a ser más consciente de su propio monólogo. El hecho de estar consciente de ello incita al cambio.

Sustituya sus pensamientos de manera consciente. Propóngase cambiar sus pensamientos negativos reemplazándolos por pensamientos positivos.

Sonría. Se ha demostrado que sonreír mejora su humor y sus esquemas de pensamiento. La sonrisa envía pensamientos positivos al cerebro.

Cante. Se ha demostrado científicamente que cantar combate la depresión y mejora el humor.

Haga una lista de sus preocupaciones para evacuarlas de la mente. Luego enumere las cosas positivas o por las cuales siente agradecimiento. Este proceder le permitirá concentrarse en lo positivo y reducirá la atención prestada a las preocupaciones negativas.

Aprenda a evitar las carencias nutricionales. Hable con un profesional de la salud sobre las deficiencias nutricionales comunes que se asocian a la salud del cerebro.

Lleve un diario de gratitud. Esto puede contribuir a aumentar el bienestar psicológico.

Lea algo positivo. Esto puede mejorar su humor y darle un sentimiento de apacibilidad.

Rodéese de personas que piensan en forma positiva. Su actitud tenderá a emular la de sus amistades.

Ayude a otra persona a resolver un problema. Ayudar a otra persona puede aportarle un sentimiento de logro y ayudarle a adquirir una nueva perspectiva sobre sus propios problemas.

Los inicios son difíciles, pero si adopta medidas intencionales para reforzar los nexos entre el pensamiento positivo y las dificultades, su visión de las cosas será más positiva.