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No hace falta ganar la lotería para disfrutar de la vida

¿Cuándo fue la última vez que alguien le sugirió que necesita relajarse más y disfrutar de la vida? Tal vez haya pensado: «Si tuvieras mi empleo y mis responsabilidades personales, ¡tú tampoco tendrías tiempo para disfrutar!»

En realidad, usted no es la única persona que siente que no le alcanzan las horas del día. A muchos adultos no solo les resulta difícil hacerse un tiempo para las actividades recreativas, sino que ya han perdido la noción de lo que eso significa.

Cómo recuperar los placeres simples de la vida

La mayoría de las personas tiene una lista de cosas que les gustaría hacer. Sin embargo, enfocarse en actividades que están fuera del alcance a menudo es una forma de negarse a uno mismo la posibilidad de disfrutar.

La satisfacción surge cuando empleamos al máximo la mente y los sentidos. Es este proceso de absorción, el hecho de vivir el aquí y el ahora, lo que libera a nuestra mente de la ansiedad, restaura la energía, nos hace más productivos y creativos y nos ayuda a tener una actitud más positiva hacia nosotros mismos y hacia los demás.

La mayoría de las actividades pueden ser divertidas. Lo que convierte a las actividades ordinarias en placeres simples es la actitud y la atención que les imprimimos.

Si bien los placeres simples sin dudas pueden incluir a otras personas, algunos de los placeres más gratificantes son aquellos que podemos hacer solos, como por ejemplo, darnos un baño relajante y reconfortante. En un momento en que las personas sienten que no tienen control sobre tantos aspectos de sus vidas, las actividades en solitario pueden devolver parte de esa sensación de control de una manera saludable.

A continuación le indicamos cómo iniciar el proceso:

Piense en las cosas que solía disfrutar durante la infancia. ¿Le gustaba jugar en el patio (y ensuciarse las manos)? ¿Le agradaba leer debajo de las sábanas con la luz de una linterna? Rememorar algún recuerdo positivo de su infancia puede ayudarle a reactivar la necesidad de estar feliz en el presente.

Otórguese permiso para disfrutar, y luego incorpore tiempo de ocio a su calendario, de la misma manera que planificaría otras actividades. Si bien algunos pueden sentirse incómodos con solo pensar en esta posibilidad, hacerse un tiempo para uno mismo es esencial para el bienestar. Algunas personas pueden considerar que es una conducta egoísta o tonta, o quizá se preocupen por la posibilidad de que los demás las juzguen de manera negativa. Si no logra hacerse un tiempo para el ocio o le preocupa la forma en que los demás puedan percibir sus actividades recreativas, hable sobre la situación directamente con ellos o evalúe la posibilidad de consultar a un consejero.

Tenga en cuenta que la mayor parte del tiempo libre se presenta en bloques limitados. El viaje hacia y desde el trabajo puede ser una oportunidad para escuchar su música favorita. Cuando esté en el trabajo, considere la posibilidad de convertir un receso para tomar café o almorzar en un «descanso divertido». En casa, tal vez pueda reservar 30 minutos después de la cena o antes de acostarse para hacer algo que le agrade.

Evite la filosofía «todo o nada». Parte del proceso de experimentar los placeres simples radica en valorar la expresión «paso a paso». Por ejemplo: ¿sueña con tener un jardín elaborado pero le falta el tiempo o los recursos para hacerlo realidad de inmediato? En ese caso, ¿por qué no comienza comprando un libro sobre jardinería que pueda inspirar y estimular su imaginación? Incluso si lo único que puede incorporar es una actividad simple a la semana, o cada dos semanas, considérelo un éxito. ¡Una hora de lectura o un paseo gratificante al atardecer ya es más de lo que solía hacer!

Disfrute de la expectativa de planificar cosas positivas. Después de todo, ¡la expectativa engloba la mitad de la diversión! Si planea dormir hasta tarde el sábado por la mañana, ¿por qué no convierte la actividad en unas «minivacaciones» con un excelente desayuno en la cama, un buen libro o video, o una pila de catálogos y revistas interesantes?

El disfrute de la vida no depende de la suerte. Más bien, implica hacer cambios en el estilo de vida, especialmente en las áreas de la mentalidad y el comportamiento, aunque pueda parecer un proceso imposible. No obstante, si aplica los consejos mencionados anteriormente y se lo permite, estará bien encaminado(a) para disfrutar de la vida al máximo.