Prioridad a uno mismo: la importancia de cuidarse
Vivimos vidas ajetreadas en las cuales nuestro tiempo está constantemente solicitado. A nadie extraña que las responsabilidades laborales y familiares encabecen nuestras listas de prioridades. El equilibrio entre la vida laboral y familiar suele centrarse en la atención que aportamos al trabajo y la familia o a las tareas rezagadas. Con frecuencia ignoramos un factor que influye de manera importante en la ecuación de las responsabilidades: somos nosotros mismos. Cuidarse no es un acto egoísta. Constituye un elemento clave en el desarrollo de la resiliencia personal y el bienestar general que le permite estar presente en los momentos importantes de su vida.
Entonces, ¿de qué se trata exactamente el cuidado personal?
El cuidado personal incluye acciones y esfuerzos razonados para cuidar de su propia salud física, emocional y mental; sin embargo, tendemos a ignorarlo o a remitirlo a un segundo plano hasta que una crisis se produce. En concreto, el cuidado personal es una práctica vital que no debe colocarse al final de su lista de tareas pendientes.
La autogestión de la salud es personal y puede tomar muchas formas. Puede consistir en preparar una comida saludable, escuchar un podcast, practicar la meditación, planificar un viaje, pasar tiempo con los amigos, dar un paseo por la naturaleza o establecer límites para evitar sobrecargas en sus jornadas. Cuidarse es todo lo que nutre su mente, cuerpo o consciencia. La clave está en integrar el cuidado personal en su rutina diaria en vez de considerarlo como algo que sólo aplica cuando usted encuentra un momento oportuno.
Tome un momento para reflexionar sobre sus propias prácticas de cuidados personales:
La salud. Se trata de cuidar su bienestar físico y esto implica adoptar habitudes como llevar una dieta nutritiva, hacer ejercicio con regularidad y asegurarse de que duerme lo suficiente. Integrar estas prácticas en su rutina diaria estimula el sistema inmunológico y mejora el humor.
Las aficiones. Estas pueden ser cualquier cosa que le procure alegría, ya sea practicar un deporte, aprender un nuevo idioma o instrumento musical, ver las últimas películas o sumergirse en los libros que le gustan. Realizar con regularidad actividades por puro placer no es una frivolidad. Es una forma excelente de cuidarse.
La interacción social. Tome tiempo para comunicarse con sus amistades. Comparta lo que acontece en su vida y escúchelos expresar sus pensamientos y experiencias. La interacción social aumenta la estima de sí y contribuye a reducir el estrés.
La espiritualidad. Esta puede adoptar diversas formas, pero consiste esencialmente en cuidar de su yo interior. Puede tratarse de prácticas religiosas u oraciones, yoga y meditación, o del aprendizaje de prácticas ∫ancestrales o paseos en medio de la naturaleza. Sea cual sea la forma que adopte la espiritualidad para usted, estas actividades nutren su relación con lo más profundo de su ser.
Recuerde que cuidar de uno mismo no es un acto egoísta. Al contrario, es una de las cosas más generosas que puede hacer para asegurar su sustento. El hecho de priorizar su cuidado personal, le torna más disponible y mejor equipado para dar lo mejor de sí.