Si bien es importante consultar al médico cuando se está enfermo, los cuidados preventivos en materia de salud pueden ayudarle a evitar múltiples problemas. Entre estos cuidados cuentan los hábitos saludables tal como llevar una alimentación equilibrada y una actividad física regular a fin de preservar y optimizar la salud, al igual que pasar exámenes médicos periódicamente.
Las siguientes informaciones se basan en recomendaciones de expertos en medicina preventiva.
Los cimientos de una vida saludable
Aunque la edad y la genética están fuera de su control, usted puede influir positivamente en muchos aspectos de su salud si regula su alimentación, su modo de vida y gestiona los factores ambientales, lo cual mejora su bienestar general.
Lleve una dieta sana. Una de las cosas más importantes que puede hacer por su salud es dar prioridad a una dieta sana. El comer bien ayuda a prevenir o controlar varias enfermedades crónicas como las cardiopatías, la hipertensión, la diabetes de tipo 2, el hígado graso, la obesidad y los accidentes cerebrovasculares. Una alimentación equilibrada aporta nutrientes esenciales, como son las vitaminas y los minerales, que el organismo requiere para mantenerse sano y poder combatir enfermedades.
Para la mayoría de las personas, una dieta sana incluye una variedad de alimentos, sobre todo de origen vegetal. La dieta debe incluir alimentos ricos en fibra, como tubérculos, cereales integrales o legumbres, y opciones ricas en proteínas, como pescado, carnes magras, productos de soja y lácteos descremados. Las grasas saludables deben proceder de fuentes como frutos secos, semillas, pescado, aguacates y otros aceites vegetales. Limite los alimentos muy procesados, la sal, los azúcares añadidos y las grasas saturadas y trans. Si tiene una enfermedad crónica, consulte a un dietista para encontrar un plan alimenticio adecuado que redunde en beneficio de su salud.
Algunos nutrientes pueden ser difíciles de obtener sólo de los alimentos. En muchos lugares del mundo, las personas no reciben suficiente vitamina D de los alimentos o de la luz solar en determinadas épocas del año. Consulte a su médico o dietista si necesita tomar un suplemento. Las mujeres en edad fértil que deseen un embarazo deben tomar diariamente un multivitamínico que contenga ácido fólico para prevenir ciertos defectos congénitos.
Manténgase físicamente activo. El ejercicio regular es fundamental para mantenerse saludable. La actividad física puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión, diabetes, artritis y osteoporosis. Asimismo, puede reducir los factores de riesgo asociados padecimientos de orden mental, como la ansiedad y la depresión, y mejorar el bienestar psicológico. De igual manera, le permite mantener un peso saludable, reducir el estrés, mejorar el sueño e incrementar el bienestar general. De manera que, intente hacer entre 20 y 30 minutos de ejercicio aeróbico casi todos los días de la semana, por ejemplo, actividades como caminar a paso ligero, correr, nadar, andar en bicicleta, jugar al tenis o cualquier otra actividad física que le guste. Lo ideal sería incorporar también ejercicios de musculación al menos dos veces por semana para desarrollar los músculos y mantener la salud ósea. Incorporar ejercicios de estiramiento y movilidad para mejorar la flexibilidad ayudará a reducir las tensiones musculares, mejorar la recuperación y disminuir el riesgo de lesiones. Los períodos cortos de actividad, como tres sesiones de 10 minutos, pueden ser tan eficaces como una sesión de 30 minutos.
Nunca es demasiado tarde para adoptar un modo de vida activo. No importa la edad que tenga o lo poco entrenado que se sienta, las investigaciones revelan que iniciar un estilo de vida más activo le puede aportar un mejor estado de salud y una mayor calidad de vida. Saber por dónde empezar puede parecerle abrumador, pero centrarse en la constancia y hacer del ejercicio una parte habitual de su rutina es el objetivo más importante. Empezar con un ejercicio que le guste le ayudará a motivarse para continuar. Si no sabe por dónde empezar, hágalo por algo tan sencillo como dar un paseo de 10 minutos que, con el tiempo, se convierta en una rutina más completa. Si padece alguna enfermedad, hable con su médico sobre el tipo y nivel de ejercicio que mejor le convengan.
Procure dormir suficientemente. El sueño es crucial para la salud en general, ya que repercute en todo, desde la regulación hormonal hasta el control del peso, pasando por las cardiopatías y el riesgo de accidentes. Duerma entre siete y nueve horas por noche, con horarios regulares. Para mejorar el sueño:
Consuma alcohol con moderación. El consumo de alcohol aumenta el riesgo de enfermedades hepáticas, problemas cardíacos, ciertos tipos de cáncer, accidentes y problemas de salud mental. También puede incidir negativamente en las relaciones personales y en el rendimiento laboral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el consumo de alcohol no aporta beneficios para la salud y que "cuanto menos, mejor" para la salud en general, con independencia de las directrices nacionales específicas.
Evite fumar. No fume ni consuma otros productos del tabaco. El abandono del tabaco mejora la función pulmonar, reduce el riesgo de cardiopatías y cáncer, aumenta la energía, ahorra dinero, protege a los demás del humo ajeno y mejora la salud en general. Estos beneficios para la salud comienzan en cuanto se para de fumar y continúan acumulándose con el tiempo, independientemente de su edad o de cuánto tiempo haya fumado. Su médico puede ayudarle a elaborar una estrategia para dejar de fumar mediante medicamentos, terapia de sustitución de nicotina o técnicas de apoyo conductuales.
Evite consumir sustancias psicoactivas. Las drogas derivadas de sustancias psicoactivas y el abuso de medicamentos recetados, incluidos los opioides, pueden provocar graves problemas de salud física y mental. Estos riesgos comprenden la dependencia a dichas sustancias, lesiones orgánicas y una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas como el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C. Si tiene problemas relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, su médico puede recomendarle ayuda confidencial y opciones de tratamiento. El cannabis sigue siendo objeto de debate entre los expertos, sobre todo en lo que respecta al consumo ocasional en adultos. Sin embargo, hay dos puntos clave ampliamente aceptados. Por una parte, el consumo excesivo y prolongado de cannabis puede conllevar importantes riesgos para la salud física y mental, incluidos el deterioro cognitivo, los problemas cardiovasculares y la posible dependencia. Además, el consumo de cannabis por parte de niños y adolescentes es especialmente perjudicial debido a su impacto negativo en el desarrollo cerebral. Mientras prosiguen las investigaciones, estas conclusiones fundamentales orientan los planteamientos de salud pública en materia de consumo y la reglamentación del cannabis.
Respete los procedimientos de seguridad. El respeto de las pautas de seguridad de base puede evitar numerosas lesiones graves. En casa, instale detectores de humo, asegúrese de que haya una iluminación adecuada en los pasillos y escaleras, y elimine todo riesgo de tropiezos. Cuando esté fuera, lleve siempre puesto el cinturón de seguridad al conducir, no conduzca nunca vehículos bajo los efectos del alcohol o el cannabis, utilice cascos de seguridad adecuados para actividades como circular en moto, monopatín o bicicleta, y siga estrictamente los protocolos de seguridad en el lugar de trabajo.
Tome los medicamentos debidos siguiendo la posología indicada. Antes de consumir todo medicamento, asegúrese de que entiende perfectamente su finalidad y uso adecuado. Una dosis insuficiente puede prolongar los síntomas, mientras que una dosis excesiva aumenta el riesgo de efectos secundarios. Siga las instrucciones de su farmaceuta o médico. No utilice nunca un medicamento que le hayan recetado a otra persona, aunque sus síntomas parezcan idénticos. Siga los consejos de su médico respecto de los antibióticos para evitar resistencias.
Limite su exposición al sol. Una radiación ultravioleta excesiva puede provocar quemaduras solares y cánceres de piel. Reduzca el riesgo limitando el tiempo de exposición al sol, sobre todo entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde, llevando ropa protectora, incluidos sombreros de ala ancha y gafas de sol, y utilizando cremas solares de amplio espectro que protejan tanto de los rayos UVA como de los UVB. Las gafas de sol también ayudan a prevenir la degeneración macular y las cataratas. Recuerde que la protección solar no garantiza un tiempo de exposición al sol ilimitado.
Protéjase gracias a la vacunación. Mantenga al día sus vacunas, incluidas las inyecciones anuales contra la gripe y las dosis de refuerzo de COVID-19 recomendadas. La protección contra el tétanos requiere una dosis de refuerzo cada 10 años, o antes en caso de herida profunda o contaminada. Si usted nació después de 1970 y no está seguro de su estado de vacunación contra la triple vírica (sarampión, paperas y rubéola), consulte a su médico sobre la posibilidad de recibir una dosis de refuerzo, incluso si recibió vacunas en la infancia. Los viajes internacionales pueden requerir vacunas adicionales como la fiebre amarilla o la fiebre tifoidea. Recurra a un centro de salud para viajeros o a su médico con tiempo suficiente antes de su salida.
Elija un médico antes de enfermar. Tener un médico asegura una atención personalizada en función de sus antecedentes médicos completos, al tiempo que permite obtener mejores resultados en medicina preventiva. Las investigaciones indican que los pacientes que consultan regularmente al mismo médico reciben mejor atención preventiva.
Dé prioridad a los exámenes médicos preventivos
Los exámenes médicos permiten detectar precozmente las enfermedades, cuando el tratamiento suele ser más eficaz. Su médico puede aconsejarle los exámenes adecuados en función de su edad, sexo, antecedentes médicos y factores de riesgo.
A continuación, presentamos las pautas generales en materia de exámenes médicos.
Tensión arterial. La hipertensión arterial puede provocar cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales. Algunos países recomiendan obtener una lectura actualizada de la tensión arterial en cada visita a la consulta, otros recomiendan comprobarla al menos cada uno o dos años. Si usted presenta determinados factores de riesgo, puede necesitar mediciones de la tensión arterial más frecuentes.
Colesterol. Una tasa de colesterol elevada puede provocar la acumulación de placa arterial, lo cual aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. El despistaje inicial del colesterol suele comenzar entre los 40 y los 50 años. Si los resultados son normales, se recomienda realizar un despistaje de control cada cinco años. Sin embargo, las personas que presentan factores de riesgo pueden necesitar un despistaje más precoz y frecuente. Consulte siempre a su médico para establecer un calendario de despistajes personalizado en función de su valoración individual del riesgo, ya que factores como los antecedentes familiares, el modo de vida y el estado general de salud pueden influir en la frecuencia adecuada de los controles del colesterol.
Glicemia. La diabetes, caracterizada por una elevación crónica de la tasa de azúcar en la sangre, puede provocar complicaciones graves, en particular pérdida de la vista, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares y amputaciones de miembros inferiores si no se controla. Por lo general, el despistaje inicial para adultos que presentan un riesgo medio comienza entre los 40 y los 45 años. Se recomienda adelantar el despistaje a las personas que ostentan factores de riesgo como obesidad, antecedentes familiares de diabetes, hipertensión arterial o determinadas etnias. Si los resultados iniciales son normales, se recomienda realizar un despistaje de control cada tres años, aunque las personas de alto riesgo pueden necesitar pruebas más frecuentes. Consulte siempre a su médico para establecer un calendario de despistajes personalizado en función de su valoración individual del riesgo.
Salud emocional. Una salud mental deficiente puede repercutir significativamente en el bienestar físico, y puede incidir en la salud cardiovascular, la función inmunitaria y la recuperación de enfermedades. Los síntomas persistentes como la tristeza, la desesperanza o la pérdida de interés por las actividades durante dos semanas o más pueden indicar depresión u otros trastornos mentales. Estos síntomas también pueden señalar otros problemas médicos, como trastornos tiroideos. Muchos médicos incluyen ahora los exámenes relacionados con la salud mental en los exámenes de rutina, pues reconocen su papel determinante en el estado general de salud. Respecto a ello, las buenas prácticas en materia de salud mental, como la gestión del estrés, la atención plena y el mantenimiento de vínculos sociales, pueden mejorar el bienestar general y la resistencia a enfermedades. Los controles periódicos en materia de salud mental son tan importantes como los controles de salud física. Si presenta síntomas inquietantes, consulte a su médico de inmediato.
Infecciones de transmisión sexual (ITS). Los chequeos periódicos son esenciales para las personas que tienen una vida sexual activa, ya que muchas infecciones pueden ser asintomáticas y causar graves complicaciones de salud de no tratarse a tiempo. Entre los factores de riesgo cuenta el hecho de tener múltiples parejas sexuales, el uso inconsistente del preservativo, y el estar con una pareja que tiene ITS o el uso de drogas de aplicación intravenosa. Hable con su médico sobre la frecuencia adecuada de los despistajes que se debe realizar en función de sus factores de riesgo individuales.
Salud ósea. La osteoporosis, caracterizada por una baja masa ósea y el deterioro estructural del tejido óseo, aumenta considerablemente el riesgo de fractura. Si bien afecta a ambos sexos, en las mujeres en fase posmenopáusica el riesgo es mayor debido a los cambios hormonales. Para las mujeres de 65 años y más como para los hombres a partir de los 70 años, se recomienda realizar pruebas de densidad ósea de forma rutinaria. Se aconseja un despistaje más precoz para las mujeres posmenopáusicas y los hombres mayores de 50 años con factores de riesgo, como fracturas por fragilidad previas, antecedentes familiares de osteoporosis, bajo peso corporal, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol o uso de medicamentos que agotan los huesos. Ciertas afecciones médicas, como la artritis reumatoide o la enfermedad renal crónica, también pueden justificar un despistaje precoz. La frecuencia de los despistajes de seguimiento depende de los resultados iniciales y de los factores de riesgo individuales. Consulte a su médico sobre el momento adecuado para el control de la densidad ósea en función de su perfil de riesgo personal.
Salud bucodental. Los exámenes dentales periódicos (cada seis o doce meses) y los buenos hábitos cotidianos son esenciales para prevenir las enfermedades dentales. Adopte una buena higiene bucal: cepíllese los dientes dos veces al día con pasta dentífrica fluorada, utilice hilo dental a diario, limite los alimentos azucarados y evite los productos del tabaco. El despistaje y el tratamiento precoces de problemas dentales pueden evitar complicaciones severas.
Salud ocular. Los exámenes oculares permiten detectar cambios en la vista y signos precoces de enfermedades como el glaucoma, las cataratas y la degeneración macular. Los adultos jóvenes deben pasar al menos un examen oftalmológico completo entre los 20 y los 29 años, y después cada dos o tres años entre los 30 y los 39 años. Los adultos de entre 40 y 64 años deben pasar un examen cada dos años, mientras que los mayores de 65 deben someterse a exámenes anuales. Las personas que presentan factores de riesgo como diabetes, hipertensión arterial, antecedentes familiares de enfermedades oculares o que toman medicamentos que afectan la vista deben pasar exámenes con mayor frecuencia, según recomendación del especialista.
Audición. Los despistajes auditivos periódicos son esenciales para los adultos, ya que ayudan a detectar precozmente la pérdida de audición antes de que afecte la vida cotidiana en forma considerable. Estos despistajes establecen un punto de referencia para la salud auditiva y pueden revelar posibles afecciones médicas subyacentes. La detección precoz permite intervenir a tiempo, lo cual es crucial para mantener la función cognitiva, las relaciones sociales y la calidad de vida en general. Muchas fuentes recomiendan las revisiones auditivas a partir de los 50 años, pero cualquier adulto que presente síntomas de pérdida de audición (dificultad para entender conversaciones, pedir frecuentemente a los demás que repitan lo que dicen u otro síntoma) debería someterse a una revisión auditiva sin importar su edad.
Cáncer. La detección precoz gracias a exámenes periódicos puede mejorar considerablemente los resultados del tratamiento de muchos tipos de cáncer. Las recomendaciones varían en función del tipo de cáncer, la edad, el sexo, los antecedentes familiares y los factores de riesgo personales. Si bien existen directrices generales, su médico puede elaborar un calendario de despistaje personalizado en función de su valoración individual del riesgo.
El futuro de la salud preventiva
Las herramientas integradas de salud digital están transformando los cuidados preventivos; hacen que la gestión de la salud sea más proactiva y accesible. A continuación, exponemos lo que los aparatos portátiles, las aplicaciones para smartphones, las plataformas de telesalud y los sistemas basados en IA permiten hoy día.
Estos avances facilitan una gestión más proactiva de la salud, lo cual permite a las personas controlar mejor su ruta del bienestar al tiempo que proporcionan a los profesionales de la salud datos completos de los pacientes a fin de mejorar la atención.
Cada cuidado es parte integrante de su salud
No todo el mundo tiene el mismo acceso a los recursos sanitarios, pero es posible mantener una buena salud sin arruinarse. Entre las opciones más asequibles citemos la caminata y los ejercicios en casa, la cocina a base de productos de temporada y legumbres, el acceso a recursos comunitarios y a despistajes médicos gratuitos, el mantenimiento de buenos hábitos de sueño y el desarrollo de vínculos sociales gracias a grupos locales y actividades al aire libre. Céntrese en lo que tiene a su disposición y cree hábitos sostenibles que se adapten a su situación.
Su papel en los cuidados sanitarios preventivos
Mismo si la investigación en medicina preventiva sigue avanzando, sus decisiones cotidianas siguen siendo esenciales para su estado de salud general. Una alimentación equilibrada, una actividad física regular y un sueño suficiente, al igual que la ausencia de tabaquismo y de consumo excesivo de alcohol, constituyen las piedras angulares de la gestión personal de la salud. Si sigue estos consejos y recomendaciones de cuidados preventivos aquí descritos, mejorará considerablemente sus posibilidades de bienestar a largo plazo y reducirá el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Recuerde que las decisiones coherentes e informadas sobre su modo de vida son las herramientas más eficaces para mantener una buena salud.
Estas informaciones se proporcionan como complemento de la atención que le presta su médico y no deben sustituir una opinión de profesional sanitario. Consulte siempre a su médico si tiene dudas sobre una enfermedad o un plan de tratamiento.