Todos nos vemos confrontados a altibajos emocionales. Pero ¿cómo saber si ese estrés, esa tristeza o esa ansiedad sencillamente forman parte de la vida o algo más? A veces es fácil decirnos o decir a los demás que hay que seguir adelante, soportar o ver el lado positivo de las cosas; sin embargo, para alguien que se enfrenta a problemas de salud mental, esto puede enmascarar o minimizar peligrosamente un problema grave.
El estigma asociado a los problemas de salud mental puede impedir que usted o alguien que conozca busque ayuda. Saber más sobre las enfermedades mentales le hará saber cuándo se necesita apoyo para ayudar a alguien a sentirse mejor y evitar que una situación se deteriore.
Signos y síntomas comunes de los problemas de salud mental
Puede resultar difícil distinguir entre el mal humor, la tristeza o el estrés cotidianos y una enfermedad mental. Fíjese si usted o los patrones de comportamiento de sus seres queridos cambian. Esté atento a los cambios que indiquen un problema de salud mental subyacente. Los síntomas suelen durar varias semanas o meses y se pueden notar cambios en el estado de ánimo, la rutina y el cuidado personal (por ejemplo, el apetito y el sueño).
A continuación, exponemos algunos de los posibles signos de enfermedades mentales.
Ansiedad. Es normal ponerse ansioso antes de un gran acontecimiento, como una presentación o un examen, pero cuando estas preocupaciones o miedos interfieren en la vida cotidiana, eso puede señalar un problema más grave. Trate de notar si hay largos períodos de preocupación intensa, reacciones fisiológicas persistentes, como temblores, tensión muscular, aceleración del ritmo cardíaco, mareos, sudoración, manos y pies fríos, falta de aliento e insomnio. El hecho de evitar acontecimientos en los que hay expectativas de rendimiento también puede apuntar hacia un trastorno de ansiedad, --el problema de salud mental más común.
Depresión. No implica solo sentirse triste o melancólico. Los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra y estos pueden incluir tristeza, falta de interés por las actividades, falta de energía y aislamiento. Si los síntomas de la persona persisten dos semanas o más, puede tratarse de un problema subyacente grave. Las tareas cotidianas pueden resultar imposibles porque la persona se siente completamente desmotivada o agotada (a menudo porque tiene problemas para dormir). Otros signos comunes de depresión incluyen un cambio en los hábitos alimentarios y el retraimiento social.
Trastorno bipolar. Se trata de una afección de altibajos emocionales extremos que no constituyen simples cambios de humor pasajeros. Las fases maníacas o depresiva pueden durar días, e incluso meses. Durante estas fases extremas de manías (altos) o de depresión (bajos), puede resultar imposible funcionar con normalidad, ya sea porque la persona está completamente retraída y no quiere salir de la cama, o porque no puede dormir ni estar quieta debido a que sus pensamientos no dejan de darle vueltas.
Tenga en cuenta que los síntomas de las enfermedades mentales pueden variar de una persona a otra y que es mejor que los evalúe un profesional titulado. Si usted o él están preocupados, anime a su ser querido a acudir a un profesional sanitario, como su médico o un terapeuta.
Apoyar a alguien con problemas de salud mental
La enfermedad mental de un amigo o familiar también puede repercutir en su salud física y emocional. La mejor manera de hacer frente a la situación es armarse de conocimientos.
A continuación, exponemos algunos medios positivos de apoyar a alguien en tal situación.
Manténgase solidario. La primera reacción de muchos seres queridos es intentar solucionar el problema o decir cosas como “no te apures”. Sin duda, será más útil mostrándose disponible y solidario que intentando quitarle la enfermedad o la angustia. Además, minimizar la situación solo ralentizará la recuperación y posiblemente cerrará las líneas de comunicación. En vez de ello, céntrese en escuchar lo que su ser querido está diciendo realmente, mantenga la mente abierta y ofrezca palabras de empatía y ánimo. Si su ser querido aún no lo ha hecho, sugiérale que consulte a un profesional. Hacer esto puede eliminar parte del estigma asociado con el apoyo a la salud mental.
Infórmese lo que más pueda. Lea libros y consulte páginas web fidedignas sobre temas de salud y enfermedades mentales para comprender mejor la situación de su ser querido y poder afrontar con mayor eficacia sus propias preocupaciones o frustraciones. Cuanto más sepa, mejor.
Obtenga ayuda para usted mismo. Cuanto más sano emocional y físicamente esté, más podrá prestar su apoyo. Establezca un sistema de apoyo propio para asegurarse de que puede estar cerca de su ser querido todo el tiempo que le necesite. Ya sea un amigo, un consejero o un acompañante espiritual, encuentre a una persona de confianza en quien pueda confiar, desahogarse y pedirle consejos. Solo asegúrese de que con quien hable respete su privacidad.
Recuerde que la enfermedad mental no define a nadie. Pocas personas quieren hablar de sus problemas todo el tiempo; necesitamos reír, socializar y participar en las actividades cotidianas, ya sea ir a comer, quedar para dar un paseo o charlar tomando un café. Deje que su ser querido tome la iniciativa: si quiere hablar de sus problemas, escúchele. Pero si solo quiere pasar el rato, limítese a estar presente.